La reproducción de las esponjas puede ser asexual o sexual. Entre las formas asexuales se encuentra la fragmentación, donde una parte de la esponja se separa y entonces crece como una nueva esponja. Otras esponjas mantienen esporas resistentes al frío. Una vez que la “madre” perece debido a las bajas temperaturas las esporas son liberadas, germinando una vez que las condiciones vuelven a ser favorables.
En la reproducción sexual, la cual es más común, la mayoría de las esponjas actúan tanto de masculino como de femenino; pero un género a la vez. Una vez fertilizados, los huevos se transforman en larvas. Permanecen en este estado por unos días hasta que se aseguran a algún lugar firme para transformarse (metamorfosis) en esponjas.
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