El color de la sepia es muy variable, puesto que varia en función del estado de ánimo del animal, aunque suele ser del color de la arena, puesto que suele mimetizarse con el entorno en colores grises o marrones, pero es común verla de colores jaspeados. También dispone de un control voluntario para su coloración, lo que le permite sorprendentes cambios de color, algunos de ellos instantáneos.
Suele habitar en fondos arenosos y en las praderas submarinas o en sus proximidades, aunque raramente podemos encontrarla en fondos rocosos con crecimientos de algas, donde suele ir a cazar. Podemos encontrarla desde la superficie hasta grandes profundidades por todo el Mediterráneo.
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