Colonias de hasta 40 metros. Las salpas pueden ser un claro ejemplo de que un supuesto remedio puede ser peor que la enfermedad. Estos seres vivos, similares en aspecto a las medusas, capturan el dióxido de carbono (CO2) y evitan que llegue a la atmósfera. Por tanto, podría pensarse que provocar su aumento sería muy útil para combatir el cambio climático. Sin embargo, su multiplicación inducida alteraría el equilibrio natural de los océanos y causaría graves efectos.
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